La asignatura pendiente en Andalucía sigue siendo la puesta en valor de partidas grandes y homogéneas de variedades con alta proteína y harinas de fuerza o media fuerza, tal como hacen en los principales países exportadores (Canadá, USA, Francia, etc.). El estándar de calidad de las nuevas variedades de fuerza y media fuerza consiste en valores de W superiores a 300 y 200 respectivamente lo que unido a una excelente clasificación en cuanto a % proteína y peso específico las hacen competitivas frente al mercado importador.
Por ello, España importa, cada año, aproximadamente cinco millones de toneladas, o sea un 50% aproximadamente del consumo total. La mayor parte son trigos panificables procedentes de Rusia, Ucrania y Reino Unido, aunque también se importan trigos de alta calidad (mejorantes de alta proteína) procedentes de otros países como Canadá, EEUU o Francia.